Humberto es un padre ejemplar que le ha enseñado siempre a su hija la importancia de ayudar al prójimo y tener un corazón sensible a las realidades. Desde que su hija era pequeña siempre la animó para colaborar y repartir alimento y gratas conversaciones con personas en situación de calle. La nobleza siempre presente cuando juntos van en ayuda de los adultos mayores en cada visita a hogares solo para acompañar y sacar una sonrisa en sus abandonas y rutinarias vidas y obtener como recompensa una sensación de bienestar tan solo por ayudar a otros

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